Yo soy George Zimmerman

YO SOY George Zimmerman porque vigilo mi barrio y mi calle, y porque llamo a la Policía cuando veo algo extraño. Yo soy George Zimmerman porque decido actuar si pienso que cuando los agentes lleguen será ya demasiado tarde. Soy Zimmerman, sí, porque si un joven me ataca, sea blanco, negro, latino o asiático, trataré de defenderme, y si me empieza a golpear la cabeza contra el suelo y puedo dispararle, le dispararé, porque amo mi vida y creo en la defensa legítima. También como Zimmerman, luego seré el primero en pedir auxilio a gritos, porque mi intención no es matar sino salvarme, y no deseo la muerte de nadie como tampoco deseo la mía.

Yo, como Zimmerman, no soy racista, ni lo son mis motivos. Tengo mi vida, mi mujer y mi hija, y mis amigos. Los racistas son los que intentan culpabilizar a los «blancos» en nombre de Zimmerman, que por cierto es latino. Los racistas son los que convierten a cualquier blanco en culpable y a cualquier negro en víctima.

Yo soy George Zimmerman, cuyo incidente dio por cerrado la Policía que investigó el caso. Yo soy George Zimmerman, que fue llevado a juicio por motivos racistas, y a quien «acusaron» de «blanco» cuando en realidad es latino, con el único y perverso objetivo de poder continuar presentando a cualquier negro como una víctima. Yo soy George Zimmerman, absuelto por la Justicia y linchado por la turba totalitaria de la corrección política. Yo soy George Zimmerman y la vergüenza de que Barack Obama, líder del mundo libre, se haya sumado al linchamiento de un ciudadano absuelto de cualquier culpa. Ser el presidente de los Estados Unidos no es hacer gorgoritos en el coro de una misa góspel los domingos.

Soy George Zimmerman y los donantes anónimos que al cabo de pocos días de ser detenido le hicieron llegar un total de 300.000 dólares para que se pagara el mejor abogado y pudiera quedar libre. Soy George Zimmerman y no me da vergüenza decir que volvería a defenderme, a mí y a los míos. Nunca he sido muy valiente, no tengo madera de héroe ni demasiada puntería. Pero si me quedo sentado a la espera de que me acribillen igualmente acabarán conmigo. Puestos a morir, que sea haciendo algo que tenga algún sentido.